A las seis y cuarto desperté sin remedio y
me levanté a contemplar la salida del sol, que aquí aparece más temprano de la
cuenta y como no hay persianas pasa lo que pasa.
Estuve escribiéndoos y preparando varias cosas
de la conferencia de WISTA. A las ocho y media bajé a desayunar al jardín.
Andaba por allí la señora inglesa que todo lo controla y que me dijo que no
trabajara mucho hoy. ¿Cómo sabía que iba a trabajar hoy?
Los rusos ya estaban tostándose al sol vuelta
y vuelta.
A las nueve y veinte vino Despina en un
Porsche Cayenne a recogernos junto con un taxi para llevarnos a la sede de la
cámara de navegación chipriota donde íbamos a celebrar la reunión del comité
ejecutivo de WISTA.
Yo hice el trayecto en el taxi. Dejo para
otra ocasión lo de subirme a un Porsche Cayenne. Aún no me he repuesto de la
emoción del Maserati.
Estuvimos reunidas hasta las tres y media
de la tarde tratando asuntos de la asociación. Comimos en la misma
mesa de reuniones para no perder tiempo.
Tosan la nigeriana tuvo que ponerse las
medias y una pashmina por encima de los hombros porque estaba muerta de frío.
Es de sangre tropical. Hoy disfrutamos de 27ºC.
En el hall del hotel nos encontramos con
varias miembros de la asociación. Hicimos el registro para la conferencia y nos
asomamos a ver cómo estaban preparando la sala de reuniones.
Subí a la habitación a descansar un rato y
darme una ducha.
Apareció a visitarme Halime, la presidente
de WISTA Turquía, con una caja de 640 gr de chocolate que hay que partir con un
martillo. Es vox populi que soy adicta al chocolate.
Estuvimos enviándonos selfies por Whatsapp
con Nuvara, que no ha podido venir porque tiene un bebé de meses que requiere
su total atención.
Encima del escritorio descubrí una caja de
aspecto sospechoso. Dentro había dulces que estuve devorando sin piedad.
Hay que terminarlos antes de marchar porque no me van a caber en la maleta.
Según tenía comida la mitad de la caja
empecé a pensar que era el momento jacuzzi. Ahora o nunca, me dije. Así que
llené la bañera y estuve allí metida hasta que se paró solo. No sé si me lo he
cargado o tiene un sistema para que la gente no se muera dentro.
A las siete bajé al hall a reunirme con las
demás miembros del comité ejecutivo y las presidentes de todos los países WISTA
presentes para la conferencia con el fin de asistir a la cena de presidentes
que este año celebramos en casa de Despina, en la mansión de Despina. No sé qué
me ha gustado más, si el Maserati, la casa, el hijo o el marido.
Se puede tener mucho dinero y ser un
hortera absoluto o tener un gusto exquisito como es el caso.
La casa está en una colina con vistas al
mar. Es una construcción moderna de hormigón con enormes ventanales, piscina,
jacuzzi, jardín japonés y dos sirvientes filipinos.
Sirvieron un buffet junto a la piscina.
Seguimos con una temperatura perfecta, tanto de día como de noche.
Hubo quien siguió la fiesta en la piscina
del hotel, pero como a mí me espera un día duro mañana, me fui a recuperar
fuerzas.
Estoy pensando que va a ser duro volver a
la vida de clase media.
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