Siete de la mañana. ¿Por qué, por qué
despierto tan temprano si estoy muerta? Me quedé en la cama hasta las siete y
media, hasta que sonó mi despertador.
Desde ayer por la noche convivo con dos
cadáveres griegos en la habitación. Eleftheria y Anna-María no daban señales de
vida.
Me arreglé y bajé a desayunar. Compartí
mesa con tres inglesas de WISTA UK. Al volver seguían inconscientes, que no
muertas. Las oía respirar. A las nueve menos cuarto me fui al centro de
convenciones dejándolas en la cama. Así va Grecia.
Llovía con alegría.
Pasé una mañana difícil. Los ojos me
pinchaban y casi me quedo dormida después de la pausa para el café.
Definitivamente, de aquí al sábado entrego la cuchara.
Los dos cadáveres aparecieron por el
congreso a la hora de comer. Hoy sirvieron canapés, canapés de todos tipos que
no había visto en mi vida. Riquísimos y super originales.
Tuve que comer a toda velocidad porque
nuestra presidenta convocó una mini reunión con las nuevas miembros del comité
ejecutivo.
A las dos y media se reanudaron las
sesiones. Fueron mucho más interesantes que las de la mañana. Habló una inglesa
a la que ya conocíamos que trabajaba para Scotland Yard y ahora negocia
rescates. Últimamente se dedica bastante a negociar con los piratas somalíes.
También habló una vice-almirante de la armada americana que es miembro de WISTA
USA. A las seis vino a darnos un pequeño discurso el ministro de transportes. Al principio se le fue la olla hablando de Afrodita, sirenas y
esposas de marinos. Tuvieron que repartir cascos para hacer traducción
simultánea porque el hombre sólo hablaba francés.
A las seis y media salimos pitando para el
hotel. A las siete y cuarto nos recogía el autobús para ir a la cena de gala en
el restaurantel L’Ile en una pequeña isla en el Sena, al oeste de la Torre
Eiffel.
Sirvieron un cóctel antes de pasar a cenar.
No sé la cantidad de botellas de vino y champán que se están bebiendo estos
días. Nos estuvimos sacando fotos a diestro y siniestro. En la foto aparezco
con las chinas, que vinieron con sus chinos.
La cena consistió en un espectacular
hojaldre de queso de cabra, pescado con puré de patata y aceitunas machacadas,
y bizcocho con helado de chocolate y un hojaldre con dulce de leche. Mortal.
Ya antes de servirse el postre empezó a
sonar la música en la pista de baile y muchas lo dejaron todo para mover el
esqueleto.
A las doce y media empezamos a sufrir las
primeras bajas. La presidenta de WISTA Francia, a cargo de toda la
organización vino a sentarse completamente destrozada. Todos los años acaba sin
zapatos.
A la una (gracias a Dios) nos recogió el
autobús y volvimos al hotel.
Son las tres y cuarto y estas dos están
frescas como lechugas.
Buenas noches desde París.
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