Hoy volvimos a la rutina de despertar en
los hoteles sin persianas a las seis de la mañana. Di media vuelta y conseguí
aguantar hasta las siete menos cuarto. Tras darme una ducha bajé a desayunar.
Nos tuvieron que meter en el restaurante tailandés porque no les cabía todo el
mundo en la zona de desayunos. Coincidimos todas las miembros del comité
ejecutivo de WISTA excepto Jasamin, que vive aquí y desayunaría en su casa,
supongo.
Antes de salir del hotel, entré en el baño. Hoy no vamos a comentar el tema de la ducha junto al retrete, sino el
cartel que indica los baños de señoras y caballeros, muy islámico él.

La mayoría de los coches en Dubai son de
color blanco. Deduzco que es por el calor. La verdad es que se me hizo raro ver
un Bentley blanco.
La oficina de Jasamin, que es abogada, está
en la misma avenida de nuestro hotel, a unos diez minutos en coche, en un edificio feo con ganas.
Dicen que la avenida llega hasta Abu Dhabi.
Pasamos todo el día en la oficina de
Jasamin encerradas en la sala de reuniones. Incluso nos trajeron la comida a la
mesa para no perder tiempo. Yo concentré mis mandíbulas en el kebab,
que me encanta. Sabe muy parecido al turco.
A las seis de la tarde nos sacamos la foto
de rigor y volvimos al hotel en el autobús blanco de Jasamin pero esta
vez con su chofer al volante porque ella tenía cosas que hacer antes de salir
del trabajo.
Bajé al hall a escuchar a la tailandesa
dando el concierto de xilófono mientras las demás bajaban. Nos estaba esperando
el chófer de Jasamin para llevarnos en el autobús blanco al club de yates de la
Marina de Dubai. Tardamos exactamente una hora en recorrer una distancia de no
más de cinco kilómetros. El tráfico era imposible. Por culpa de varias obras
nos hicieron dar la vuelta por donde habíamos venido y casi volver a empezar a
paso de carreta. Pasamos por delante del Burj Al Arab, el hotel en forma de
vela, y por Palm Jumeirah, la isla
artificial en forma de palmera. La isla no la vimos porque ya era de noche y
desde el coche no se distingue.
A las diez y media había desaparecido toda
la comunidad marítima local quedando solamente en el restaurante las miembros
del Exco, algunas locales y seis miembros de Rusia, Italia e India, que han
venido para la reunión que tenemos mañana con ellas.
Katerina se fue con otras dos griegas a
vivir la noche loca. En el autobús blanco nos metimos ocho personas, incluido
el chófer de Jasamin. El marido de Jasamin la llamó esta tarde reclamando su
coche. No sé para qué quiere un autobús tan grande para él sólo, aunque ahora
que lo pienso, éste tiene hijos de varias mujeres. Alguna vez los llevará a
todos juntos.
Acompañé a Jeanne y a Karin a fumarse sus
pitillos de buenas noches en la parte de atrás del hotel. Hacía una temperatura
ideal.
Nos despedimos en el hall, porque ellas
tienen que tomar un ascensor diferente. Como el edificio está formado por dos
torres diferentes que se juntan arriba, no puedes usar cualquier ascensor para
subir a tu habitación.
Buenas noches desde Dubai.
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