13 jul 2009

Luna de miel

Servando y Ana María residen en Vallecas. Ana María es de Madrid de toda la vida. Servando emigró junto a sus padres a mediados de los 70 desde su pueblo, Motilla del Palancar (Cuenca).
Servando y Ana María contrajeron matrimonio el pasado fin de semana. El lunes tomaron el autobús Madrid/Huelva y a continuación el autobús Huelva/Punta Umbría. En este momento se encuentran hospedados en un enorme complejo hotelero de cuatro estrellas.
Servando es un hombre de mundo. Todos los años viajaba con sus padres a Motilla del Palancar para pasar las Navidades y las vacaciones de verano. Ana María apenas conoce los alrededores de Madrid. En la agencia de viajes les ofrecieron una estancia de quince días en la Riviera Maya, pero quedó descartada debido al pánico a volar que sufre Servando. La opción crucero por el mediterráneo fue rechazada por Ana María. Los peligros del mar son muchos.
Al llegar al hotel les fueron entregadas sendas pulseras de plástico azul que les acreditan como huéspedes “Todo incluido”.
Servando acaba de estrenar unos pantalones pirata que dejan a la vista sus muy velludos tobillos, a juego con un par de sandalias de cuero compradas en el rastro madrileño. La camiseta es de tirantes. Hombros igualmente velludos.
Ana María es la discreción personificada, aunque para su luna de miel ha decidido lanzarse al vacío. Hoy viste biquini rosa chicle con pareo amarillo, chanclas rosa chicle con una margarita de tela como adorno y una diadema amarilla.
Se instalan en las hamacas que el hotel tiene dispuestas alrededor de la piscina. A las 13:15 hrs comienzan a desfilar huéspedes camino del buffet restaurante. Servando, que tiene buen diente, decide realizar una primera incursión. Los ojos de Servando salen inmediatamente disparados de sus órbitas. El comedor es una estancia de tamaño superlativo. En el centro hay dispuesta una mesa alargada conteniendo los más deliciosos manjares jamás vistos por Servando. Perritos calientes, hamburguesas con queso, pizzas, macarrones con tomate. Servando no espera a su esposa y comienza a comer sin tino. Al cabo de media hora vuelve a la piscina, donde Ana María continúa tomando el sol ajena a todo lo anterior. A las 14:30 hrs Ana María sugiere ir a comer. Servando acompaña a su esposa al buffet restaurante y vuelve a comer como si fuera la primera vez. En esta ocasión, finaliza con dos yogures de pera y una mousse de chocolate.
Vuelven a instalarse en las hamacas, sobre las que dejaron sus toallas antes de ir a comer para no perder el sitio.
A las 17:15 hrs Servando ve pasar a un adolescente sosteniendo un plato con dos perritos calientes y patatas fritas. “Voy a merendar, Anita. Quedé con hambre”. Y Servando vuelve a entrar en el buffet restaurante, donde están dispuestos los mismos alimentos, a excepción de los macarrones con tomate, sustituidos por bocadillos de Nocilla.
Retorna Servando a la hamaca portando un plato con: 1. Hamburguesa con queso, tomate y mayonesa. 2. Patatas fritas. 3. Un perrito caliente. 4. Un bocadillo de Nocilla. 5. Dos yogures de pera. En la otra mano, botella de medio litro de Coca Cola. Ana María mira de reojo a Servando y piensa para sí misma: “Tenía que haberme casado con Ricardo, ya me lo dijo mi madre.”

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