5 jul 2009

Tavira 2009 (Segunda parte)


A Tavira vamos siempre los mismos, un grupo de entre siete y diez personas. Luego se añaden personajes varios, amigos de esas siete o diez personas. Podemos llegar a ser unos veinte en algunos momentos. Los hay que pasan el fin de semana entero, otros pasan sólo un día, y otros salen huyendo a la primera oportunidad sin que nunca más se sepa de ellos.
Siempre rememoramos la asistencia de:
- aquella pareja que nos hizo cantar canciones de campamento sentados junto a las tiendas, y que nadie me quita de la cabeza que eran misioneros.
- la feminista sin complejos que no llevaba ropa interior bajo el vestido. “No sabéis cómo se oxigena el cerebro”, nos dijo. “Cada vez que tengo una reunión importante me las quito”. No, no pienso probarlo.
- El crío de tres años que al oír la frase “Tengo una pereza terrible” contestó “Yo quiero verla”.
Todos los años amenazo con comprarme una escopeta de cañones recortados para acabar con las malditas tórtolas que cantan sobre nuestras tiendas tan pronto amanece. Es un ruido repetitivo, cansino, asesinable. Una ametralladora sería otra opción.
Hay un hotel estupendo justo al otro lado del río, Vila Galé Albacora. Pero nosotros insistimos en dormir en tiendas de campaña. Los hay que han llegado al culmen de la sofisticación. Colchones inflables, sábanas, lámparas, cafetera. Yo, con mi naturaleza asceta, sigo durmiendo sobre el suelo metida en el saco de dormir que mi hermano compró en el año 75 en la tienda del Frente de Juventudes.

3 comentarios:

CHUPI dijo...

Yo quiero ver tu naturaleza asceta

;)

Anónimo dijo...

Casi coincidimos en el lugar, lo de la tienda me hubiese gustado, seguro que tumbarme y dormir, lo haría..... otra cosa sería levantarme, necesitaria a "gruas Parra" y a un terapéuta para desentumecerme. Me quedo en Vila Galé.
JL

Withfloor dijo...

¡Cobarde!