Desperté a las siete y veinte con el
estómago al 80%, así que sólo comí un par de galletas para no caerme redonda.
Karin y Jeanne también tienen el estómago
damnificado, de modo que sospecho que algo raro había en el kebab de pistacho
que comimos el lunes junto a Casa Pedro.
Una buena amiga de WISTA Suecia ha colgado
en Facebook una foto de los pares de zapatos que ha traído a Estambul.
¡Qué arte! Yo meto nueve pares de zapatos en la maleta y me puedo ir olvidando
de ir de compras en el viaje. El año pasado apareció con un número similar
Las holandesas nos hacen un regalo
simpático todos los años pero éste han decidido invertir el dinero en una
donación para los refugiados sirios.
A las dos comenzó la reunión general, que
duró hasta las siete de la tarde.
Todos los años votamos a la personalidad
del año WISTA. Las suizas presentaron a un candidato para el cual pidieron el
voto con una chocolatina. Por mí pueden presentar candidatos todos los
años, que me los voy a comer con mucho gusto.
Me regalaron la maqueta de un barco como
agradecimiento por los seis años que he dedicado a WISTA. Ya puedo decir que
soy armadora.
A las ocho empezó el cóctel de bienvenida,
una hora más tarde de lo previsto porque la reunión de la tarde se alargó más
de la cuenta.
Este año sólo somos cuatro españolasen la conferencia.
Otro subidón de ego. Se me acercaba todo el
mundo a abrazarme, a darme las gracias y a decirme lo mucho que me van a echar
de menos.
Sobre las diez tomamos al asalto uno de los
bares del hotel. Griegas, suecas, noruegas y holandesas, chipriotas y yo. Hubo
una batalla de almendras de un extremo a otro del bar que casi provoca nuestra
expulsión.
A las once dejamos a las nórdicas continuar
con la fiesta. Las demás nos fuimos a dormir.
Cuando ya estábamos duchadas y en pijama,
apareció otra griega en pijama con pocas ganas de dormir. La tuvimos hospedada
hasta las mil quinientas.
Buenas noches desde Constantinopla.
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