Dormí pocas horas pero muy bien. La cama es cómoda y no sentí a Nuvara en toda la noche.
Gracias a Dios, la zona de desayuno está a pocos metros de nuestra habitación. Caso contrario, probablemente me habría perdido por el camino.
Pocas miembros de WISTA estaban levantadas temprano. Una alemana que vive en Chipre me estuvo contando que algunas acabaron bailando en una discoteca del resort hasta las dos y media. Parece ser que hay aquí un congreso de hombres portugueses y que se les saltaron los ojos de las órbitas cuando se enteraron de que hay un congreso de ciento y pico mujeres. Va a ser que no, queridos.
Por razones que desconozco, se paseaba por el comedor una señora con un ave rapaz tranquilamente posada en su brazo.
Mi estómago parece estar de nuevo en su sitio, así que me arriesgué con un huevo escalfado, una tostada y una galleta. Viviendo peligrosamente.
No gano para broncas. María Christina me obliga a corregir que no llegó 20 minutos tarde ayer a recogerme, sino 8. Queda dicho, María Christina. Continúo.
Haciendo honor a la puntualidad griega, la conferencia comenzó a las diez y veinte. La puerta de la sala permaneció cerrada hasta esa hora porque no estaba lista para recibirnos.
Mientras los primeros ponentes hablaban, saqué el ordenador para trabajar un rato.
A las doce y media, quince minutos tarde, hicimos la pausa del café, que aproveché para bajar a mi habitación a dejar el ordenador y los regalos que me han hecho.
La segunda parte de la conferencia se retrasó hasta casi las cuatro, y luego nos llevaron a todas al jardín a sacar una foto, de modo que comimos casi a las cuatro y media. Sirvieron un buffet no muy variado pero bastante sabroso.
Nos sentamos en el exterior, repartidas por las mesas con butacas.
Sobre las seis fui de exploración con Vivi. Nos perdimos varias veces. Vimos las tiendas, las piscinas y nos acercamos a ver la playa. No bajamos porque yo llevo calcetines.
Le pregunté qué opinión le merecían sus zapatos a su perro chiguagua. Dice que los considera otras mascotas de su dueña.
No os he contado que Vivi colecciona gafas. Cuanto más originales, mejor. Hoy llevaba unas con un ojo redondo y el otro cuadrado. Ayer, cuando viajamos, llevaba unas en tonos pantalón vaquero, a juego con su ropa. Recuerdo haberle visto unas de terciopelo.
Nuvara me ha regalado una variedad de dulces turcos. Este año me ha traído uno que no había visto nunca. Es una cuerda a la que están pegadas unas nueces recubiertas de una goma hecha con el jugo de la uva. Original y riquísimo.
La cena, que tenía que haber empezado a las nueve, comenzó a las diez menos cuarto. En la espera nos estuvimos sacando fotos todo el mundo con todo el mundo. Aquí aparezco con Sadan Kaptanoglu, la nueva y primera mujer presidente de BIMCO, estrella del evento.
En la mesa de la cena me tocó sentarme sólo con dos personas a las que no conocía de antes. Lo pasamos muy bien.
La noche acabó con el tradicional sirtaki, bailado por las griegas y las chipriotas.
A las tres de la mañana nos fuimos a la cama.
Buenas noches desde Costa Navarino.
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