A las tres y media mi teléfono empezó a
pitar con alegría repetidas veces. Olvidé ponerlo en silencio al acostarme. El
grupo de Whatsapp felicitaba a Lorena por su cumple.
A las 06:06 hrs exactamente me despertó el
atronador ruido de la reconstrucción del World Trade Center. No pude dormir
más. Era completamente de día. La vista era de nuevo espectacular.
El abuelo de Paris Hilton tiene unos
retretes muy raros en el hotel, con dos agujeros en lugar de uno. No son de
succión al estilo de los aviones y los trenes como en otros sitios de Nueva
York.
Estos días he caminado unas siete horas por
jornada. En lugar de ponerme como una foca comiendo donuts y hamburguesas, me
cuelgan los pantalones.
A las ocho menos cuarto bajé a desayunar
con las miembros del comité ejecutivo de WISTA. Estuvo con nosotras el hijo de
Sanjam, en plena forma después de dormir 15 horas seguidas.
A las ocho y media fuimos caminando hasta One
Battery Park Plaza, para asistir como invitadas a la reunión del comité
ejecutivo de WISTA USA en el piso 31 con vistas a la estatua de la Libertad y
Ellis Island.
A las doce sirvieron una comida buffet y se
nos unieron las presidentas de las ocho regiones en las que está dividida WISTA
USA.
La reunión duró hasta las tres de la tarde.
Volvimos caminando al hotel. Jeanne, Kathy
y yo fuimos a ver la fachada del parque de bomberos junto al World Trade
Center. Fueron los primeros en responder tras los atentados. Las fotos de los
caídos están expuestas junto a un mural conmemorativo.
Subí a mi habitación a descansar un rato
para aguantar el resto de la jornada.
A las seis y media subí al piso 53 para
asistir a un cocktail. Tuve que bajar al hall y coger el ascensor que sólo sube
a los pisos altos. Fue como ir en un cohete. El ascensor de casa de mis padres
tarda el mismo tiempo en subir al tercer piso que este al 53.
El lugar de celebración era la suite
presidencial, que han reconvertido en sala de eventos. Aún conserva dos cuartos
de baño enormes, uno con jacuzzi y unas vistas espectaculares al puente de Brooklyn.
Comenzaron sentándose dos en el alfeizar para contemplar las vistas, acabando
parte de la fiesta dentro de la bañera.
Os dejo una foto sacada cuando oscureció,
con el edificio de Frank Gehry en Spruce Street junto al puente.
A las nueve menos cuarto, no habiendo
comido más que tres canapés por cabeza, fuimos unas cuantas a cenar a un
restaurante francés a un par de manzanas del hotel. A las once dimos por
finalizado el día porque mañana comenzamos muy temprano.
Buenas noches desde Manhattan.
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