Da gusto entrar en el cuarto de baño en Noruega. El suelo está calentito.
El agua del grifo sale tan fría que al lavarte los dientes te duele. Por eso en los aeropuertos los lavabos echan agua templada.
En este hotel pasan cosas raras. Ayer me encontré a un sujeto entrando de la calle en chanclas y a un perro haciendo el check in. Suerte tuvo el perro que en este hotel hay humanos en el mostrador.
A las once menos cuarto fuimos al hotel Radisson Blue, donde nos habían citado para hacer un RIB safari, que es subirte a una lancha de traficante a dar saltos por el agua a 25 nudos. Sólo nos faltaron los fardos y la Guardia Civil haciéndonos luces desde el helicóptero.
Hacía frío, pero era perfectamente soportable gracias al equipo que llevábamos puesto. Nos llovió poco, aunque había muchísima humedad.

A las dos nos depositaron sanos y salvos en el embarcadero junto al hotel.
Comimos en una pizzería y fuimos a recoger nuestro equipaje.
Nos dejaron un par de botas a cada uno para que no mancháramos las nuestras. Parece que no ha parado de llover en varios meses. El campamento está completamente encharcado.
El minibús no pudo llegar hasta el mismo emplazamiento, de modo que tuvimos que cargar a peso con las maletas durante varios metros para que no se nos mojaran. Yo no veía el momento de soltar la mía.
Sobre las siete llegaron Kathy y Mark, que viven cerca de Nueva York y venían desde Londres, donde Kathy tuvo varias reuniones de trabajo antes de venir.
Una vez todos instalados, cenamos un guiso de bacalao según una receta portuguesa que nos preparó el dueño del campamento. Este se marchó y nos dejó con una joven polaca que nos estuvo atendiendo perfectamente.
Una aurora se produce cuando una eyección de partículas solares cargadas choca con la magnetósfera de la Tierra. Esta "esfera" que nos rodea obedece al campo magnético generado por el núcleo de la Tierra, formada por líneas invisibles que parten de los dos polos. Esto lo dice Wikipedia.
En cierto momento salí fuera a darles un susto de muerte desde una de las ventanas.
La Aurora no tuvo a bien aparecer, así que a las once de la noche nos fuimos a dormir.
En mi tienda hacía más frío que en la cabaña, de modo que tuve que tocar el termostato de la chimenea de pega. Enseguida estuvo perfecto.
Buenas noches desde Straumsbukta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario