9 nov 2016

Una cateta en Florida (Día 7)

A las seis de la mañana despertamos sin necesidad de despertador. Cerré mi equipaje y me fui a las ocho menos cuarto. Me recogió Alex en la puerta del hotel para llevarme a su oficina, donde se iba a celebrar la reunión del comité ejecutivo de WISTA y las voluntarias ayudaríamos a empaquetar las bolsas de la conferencia y otros preparativos.
45 libras de pastillas de chocolate M&M customizadas, bolis, y todo tipo de merchandising de empresas del sector marítimo relacionado con la playa y el sol, especialmente hechos para nosotras, como crema para los labios, bronceador, un patito de goma y chasca por el estilo.
A mí me tocó montar seis walkie talkies, ponerlos en el mismo canal y probarlos. Van a servir para que las organizadoras se comuniquen en el barco.
A las doce llegó el mensajero de UPS con mi nuevo iPhone 7 Plus. No le di un beso porque venía sudando.
Comimos unos bocadillos riquísimos con pollo, pera y otras cosas que no me acuerdo pero que estaban muy ricas.
Sobre las tres dimos el trabajo por terminado.
Una empleada de Alex nos llevó al hotel en un tanque con siete asientos.
Esta noche voy a dormir en el Riverside. Me han dejado la habitación donde se guardan todos los trastos para llevar mañana al crucero. Cuando abrí la puerta flipé en colores. No es una habitación, es un apartamento entero. Sólo en el cuarto de baño caben 30 personas tranquilamente sin empujarse.
A las seis comenzó la recepción de bienvenida del congreso.
Hoy he visto a varias personas con una pegatina en el pecho que te dan después de votar en el colegio electoral, como cuando das dinero para el Domund.
En la recepción conocí a una hermana mía americana de la cual no tenía constancia. Trabaja en inteligencia para los guardacostas americanos.
La fiesta duró hasta las ocho y media.
Karin y Jeanne decidieron no salir a cenar con el resto. Pidieron servicio de habitaciones y me invitaron a subir con ellas. Nos reímos un montón, hasta que pusimos la tele y Jeanne vio cómo iban los resultados de las elecciones.
A las diez y media volví a mi habitación. Esperé a que María volviera de cenar con las demás griegas. Estamos delante de la tele siguiendo los resultados.
A esta hora va ganando Trump y a más de una está a punto de darle un ataque.


Buenas noches desde Fort Lauderdale.



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